29 noviembre 2011

La receta para hacer de México un "estado asociado" a los yanquis

El posible triunfo del PRI en el 2012 es visto por la burguesía –y por sectores del régimen de EEUU– como una alternativa para lograr la estabilidad política

La caída del helicóptero en que viajaba Francisco Blake Mora despertó hipótesis en torno a si se trató de alguna clase de sabotaje, debido a que es el tercer funcionario de alto nivel que muere –desde el año 2005– en un “accidente”. Cuando todavía falta un año del gobierno de Calderón, la perspectiva es inestabilidad política para el gobierno, y nuevas privaciones, ataque a las conquistas y a las libertades para los trabajadores, la juventud y el pueblo. Sólo una respuesta obrera y popular puede evitar más barbarie, explotación y miseria.

Un estado “infiltrado” y en proceso de creciente descomposición

Independientemente de hipótesis y elucubraciones, el solo hecho de que se plantee la posibilidad de un atentado echa luz sobre el peso que ha adquirido el llamado “crimen organizado”. Esto es resultado de la asociación entre los carteles del narco y sectores policiales, políticos y empresariales, provocando una creciente descomposición del estado.

La misma se manifiesta en el poder de fuego del narco, en su capacidad de reclutamiento y en su dominio sobre zonas enteras, como se evidencia en la lucha por el control de “plazas” como Veracruz y Monterrey. Mientras el estado aparece menguado y sin el “monopolio” de la violencia, al mismo tiempo recibe duros golpes mediáticos, como los cuestionamientos de organismos internacionales (Human Rights) que sostienen que el ejército violó los derechos humanos.

Ante esto, el ascenso del PRI y su posible triunfo en el 2012 es visto por la burguesía –y seguramente por sectores de la administración norteamericana– como una alternativa para lograr la estabilidad política que requieren los negocios capitalistas, y que–gracias a ser la principal fuerza política y tener peso institucional– podría establecer nuevos acuerdos y negociaciones con sectores del narco. No es casual que las elecciones en Michoacán, donde ganó el PRI, se hayan realizado “pacíficamente”; en un estado que tenía amplias zonas en manos del narco eso expresa, más que el control del gobierno federal, una decisión de los carteles de permitir el triunfo priista.