20 septiembre 2010

No hay nada como la "Gente"

Samuel Gelblung, el periodista que al final del milenio ponía un índice sobre su sien para descerrajarse Memoria, era el jefe de redacción de la revista Gente cuando se produjo el golpe del 24 de marzo del ’76. Al año siguiente, figuraba como subdirector. De nada sirve dirigirse a él para recordarle el comportamiento repulsivo que tuvo esa revista en los años de la dictadura.

por  Eduardo Blaustein |

Se trata de ese tipo de épocas, a las que alude Stevenson en la novela Bajamar, susceptibles de convertirse en “un largo aprendizaje de degradación”. Cada vez que le preguntaron sobre su responsabilidad en la Gente de aquella época, Gelblung puso a funcionar los servomecanismos que oculta bajo la piel de la cara para decir: “Me hago responsable de todo lo que se publicó. Cuando quieran lo debatimos”.

En los años del Proceso, las revistas de Atlántida militaron en sus páginas interiores por la causa castrense, católica y por el Ser Nacional. Cuando el peor de los catolicismos posibles –un catolicismo hiperconservador e hipócrita– se amalgama con el afán de lucro y un tipo de periodismo palurdo y manipulador, el resultado es atroz. Se pregunta Gente un día cualquiera de la Campaña Antiargentina, “qué piensan los argentinos de lo que pasa en el país” y dice: “Lo preguntamos de extremo a extremo y en todos los niveles”. Entonces la revista despliega su vasta, rigurosa encuesta y los argentinos de todas las latitudes contestan. Un señor Antonio Muñoz, tabacalero de Salta, responde: “¿Violencia? Nunca vimos violencia por estos lados”.

Dice desde Mendoza una señora llamada Gloria Ramírez de Frúgoli que el que usa la violencia es el marxismo “para lograr la dominación”. Los argentinos de los así llamados más recónditos rincones están al tanto de lo que acontece en el mundo y para expresarse emplean el dialecto oficial antimarxista.

Otro día, otra encuesta, ya con la dictadura avanzada. El 16 de julio de 1979 Para Ti se pregunta por quién votarían los argentinos en el estúpido caso de querer hacerlo. Despliega las fotos de los más lamentables figurones partidarios, los más estragados por los años y sus actos, y las contrapone con las otras fotos de los comandantes de la dictadura.

En el histórico acto eleccionario –150 testimonios–, Videla gana por el 68 por ciento de los votos y si se suman los de Massera y Agosti la Junta no sólo gana sino que arrasa con el 80 por ciento de los sufragios. Balbín obtiene uno de cada diez votos. Y los candidatos del peronismo apenas arañan, juntos, el 1,5 por ciento de las voluntades populares que refleja la revista. Algo pasaba en Atlántida en julio de 1979. El día 5, Gente , con sus serias dudas sobre las bondades de un eventual retorno a la democracia, produce una nota en la que analiza las edades del equipo económico encabezado por Martínez de Hoz.

Ahí aparecen Guillermo Walter Klein, Juan Alemann, Manuel Solanet, Carlos Tacchi: 46 años de promedio. “Su signo definitivo –concluye el semanario–, la juventud.”.

*fragmentos de Decíamos ayer, Colihue, 1997

Fuente: Miradas al Sur