Aníbal Vázquez tiene todavía el pelo blanco como la última vez que lo había visto a finales del 2001 cuando, ya jubilado, militaba en los movimientos de desocupados.
Sus ojos parecen perdidos y a sus ochenta años seguramente convivirá con fantasmas que le hablan al oído.
El "Tordillo" le decíamos en los 70 cuando era delegado del gremio petrolero y caminaba en esa orilla confusa y dificil que existía entre la marea revolucionaria y los vientos de cambio por un lado y la vida del sindicato y las reivindicaciones por el otro.
Cuando yo trate con el por primera vez sentí un rechazo, que después descubrí como mutuo. Para mí el representaba la burocracia sindical, casi un lumpen sin conciencia que acompañaba la lista de la burocracia entreguista.
Para Aníbal, yo era la imagen de un joven de clase media metido a sindicalista. Un zurdito, de esos que abundaban a inicios o mediados de los '70.
Así empezamos, pero terminamos respetándonos como dos compañeros que luchan por defender derechos.
Propios y de otros.
EL "Tordillo" era uno de los dirigentes en la Shell cuando yo era un joven militante, que creía indefectiblemente que con conciencia, la clase obrera acabaría con la locura del capitalismo.
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Garua X2 "Tras los pasos perdidos" (sanata urbana)
Es un emprendimiento modestamente "literario" que intenta volcar la visión de los problemas politicos y sociales de la actualidad argentina desde la óptica de los autores y desde una trama ficcionada. Es en suma, el centro de operaciones de dos veteranos setentistas por recuperar y trasmitir un universo generacional de sentimientos, olores, colores y sensaciones casi perdidos, casi vigentes.