El dólar se ha hundido y la Reserva Federal Norteamericana (ese cártel de empresarios judíos vinculados al petróleo/banca/armas: Rothschild, Lehman Brothers, Rockefeller…), ha decidido qué países hay que invadir y destruir para apropiarse de sus recursos. Va a ser dolorosa la caída del imperio, sobre todo para los que tengan petróleo... o no quieran vender en dólares. Ya lo decía, en 2003, el coronel D. José Petthengui.
por Purificación González de la Blanca / miembro fundador del colectivo internacional "Ojos para la paz"
"¿Caerá el Imperio yanqui? ¡Claro que sí! ¿No cayó el de la Roma eterna? Todo es cuestión de tiempo. Conviene releer al ruso Danilesky, al germano Spengler y al británico Toynbee, que han revelado las claves de la vida y la muerte de las Civilizaciones, y también a Jean-François Revel, que descubre cómo terminan las democracias. Pasemos por alto al norteamericano Fukuyama, equivocado al profetizar el fin de la Historia. En los anteriores, nos enteramos de las causas de la agonía de la España donde no se ponía el sol, y la decadencia del imperio británico… y los yanquis le seguirán pronto con la liquidación del Imperio del dólar.
Los síntomas que preceden al colapso y muerte de los imperios más reveladores los encontramos en la decrepitud de los dirigentes. Césares decadentes, ineptos y sangrientos en Roma. Paralelamente, los últimos presidentes yanquis dan la réplica: Uno asesinado, otro depuesto por mentiroso, seguido de otro rijoso que denigró el despacho oval, y ahora la saga de los Bush. Estos últimos saben bien que dentro de un cuarto de siglo las reservas petrolíferas de EE. UU. se agotarán. Entonces ellos y sus herederos tratarán de apoderarse, por las buenas o por las malas, de todas las regiones del planeta con petróleo en sus entrañas. El objetivo de la actual guerra de Iraq no tiene otra justificación."
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"Al que la naturaleza le haya gratificado con gas o petróleo ya sabe que se encuentra en la lista de espera de ser invadido. Para disimular el atropello, se invocan pretextos de que sólo se trata de democratizar unos países tan atrasados... Así llegamos al dato que buscamos: al imperio yanqui le queda otro cuarto de siglo dedicado a la rapiña."
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"Desde luego, no será una muerte suavizada por la eutanasia. Grandes convulsiones y sangrientas catástrofes padecerán los testigos vivientes. Como profetiza la Sagrada Lectura, los vivos envidiarán a los muertos. ¿Qué vendrá después? Quizás nuevos dictadores, otras fronteras y tal vez la cíclica manía de perseguir a sangre y fuego la estúpida inclinación de las personas a pensar distinto... A nosotros se nos ha concedido el privilegio de ser testigos del ocaso del Imperio yanqui."
Estos párrafos están recogidos de un artículo, titulado “Ocaso”, publicado en el Diario de Cádiz, en octubre de 2003, por el coronel D. José Pettenghi, fallecido pocos meses después. Hoy son de extraordinaria actualidad.
El autoatentado del 11-S daría carta blanca a los EE. UU. para las invasiones proyectadas de Afganistán e Irak, que comenzarían la lista que anunciara en su día, en entrevista concedida a Democraty Now, el general Wesley Clark, en la que siguen Libia (ya destruida y saqueada), Siria, Líbano, Yemen, Somalia e Irán.
Todo ello mientras invaden Siria con miles de mercenarios que realizan a diario sabotajes y asesinatos (de los que culpan al gobierno sirio, qué cinismo), apuntan a Irán, con bloqueos y asesinatos, envían tropas a Somalia (¿Quiénes serán los piratas?) y agitan Pakistán.
Con material de Insurgente
