28 noviembre 2011

Astilleros Rio Santiago un ejemplo de lucha

por Dick Emanuelsson *

Ángel Cadelli mide casi dos metros y la primera vez que nos conocimos fue en 2006 en la ciudad boliviana de Sucre. Ahí contó sobre las experiencias exitosas de los trabajadores del astillero Río Santiago en su lucha contra la ofensiva privatizadora del presidente Carlos Menem durante la década del ´90.

– Era una lucha de clase pura. De un lado la clase obrera y al otro, los militares golpistas, curas con un pasado oscuro, el capital monopólico y los politiqueros asalariados de las empresas transnacionales. Logramos que el astillero más grande de Latinoamérica no fuera privatizado porque lo vimos como un conflicto de clase, no una lucha entre partidos, dice Ángel Cadelli, un ingeniero con más de 40 años de servicio en el astillero Río Santiago.

En la lucha contra la privatización del astillero, Ángel Cadelli fue elegido unitariamente por sus 2700 compañeros de trabajo, a los que habría de representar como vicepresidente de la Junta Directiva de la Gerencia del Astillero con responsabilidad de mantener los contactos con las líneas navieras y estados.

Para nadie es un secreto que tanto el astillero, como el municipio donde esta está ubicado, la ciudad de Ensenada, se han beneficiado enormemente por la integración latinoamericana cuya principal cabeza es el presidente venezolano, Hugo Chávez Frías.

– Venezuela es de un interés central por su potencial económico. Chávez ha colocado dos contratos con la posibilidad de otros dos buques que darán trabajo a más de 1500 compañeros durante ocho años para cada uno de los buques. Es por eso que las relaciones Argentina-Venezuela son de tan vital importancia, subraya Cadelli.

No todos son felices cuando los trabajadores del Astillero Río Santiago entran por el portón en la mañana, sin mayor preocupación por el día siguiente. Las relaciones entre Argentina-Venezuela son boicoteadas activamente por los gringos y los ingleses, agrega Ángel. Por ejemplo, una gran pieza del motor producido en China, que pesaba 135 toneladas y que sería montada en el buque tanque “Eva Perón”, se desplomó de la grúa cuando fue cargada en Houston, estados Unidos. No dudamos en decir que fue un intento de la CIA de sabotear la producción de los contratos con Venezuela. Porque este tipo de sabotaje ocurre frecuentemente con los contratos venezolanos pero nunca con los contratos con otros países.

En argentina se produjo un interesante movimiento como fue el de las fábricas recuperadas por los trabajadores. Esto respondió a un proceso de maduración de la clase obrera que explotó en los momentos más cruciales, cuando el país padeció la durísima crisis causada por la instalación del modelo neoliberal. La masiva importación de productos, la profunda destrucción del aparato productivo nacional produjo el aumento del desempleo y el alza de los índices de pobreza e indigencia. Fue en esos momentos cuando la creatividad dejó a un costado la desesperación, los trabajadores comprendieron que no era momento de echarse a llorar, sino de tratar de recomponer los fragmentos esparcidos por esa tierra tan rica de recursos naturales y humanos.

Los trabajadores y trabajadoras dieron cuenta de su valentía cuando de preservar la fuerza del trabajo se tratara y allí continúan su labor comenzada no sin grandes esfuerzos, estigmatizados, perseguidos, acosados. Hoy esas empresas continúan su tarea en una Argentina donde nuevos aires comenzaron a soplar aunque aún haya mucho camino por transitar.

Los primeros pasos ya están dados y eso es para celebrar, porque cuando los pueblos quieren ser dignos no hay fuerza capaz de detenerlos.


Los trabajadores del Astillero Rio Santiago en lucha por sus trabajos from Dick & Mirian Emanuelsson on Vimeo.


* Dick Emanuelsson es periodista sueco, especializado en temas de Latinoamérica y el Caribe. Ha cubierto para distintas publicaciones acontecimientos en el continente desde 1980, básicamente conflictos sociales y políticos de los pueblos de esta región.