05 mayo 2010

ALFREDO MARTINEZ DE HOZ Prisionero de su pasado


Por Walter Goobar
www.waltergoobar.com.ar


Al declarar la Corte Suprema la inconstitucionalidad del indulto a Alfredo Martínez de Hoz, el ex ministro de Economía de la dictadura, quedó ayer  a un paso de la detención domiciliaria , situación en la que ya están el genocida Jorge Rafaél  Videla y el ex titular de la cartera de Interior, Albano Harguindeguy. Los tres están acusados por el secuestro extorsivo de los empresarios textiles Federico y Miguel Ernesto Gutheim. El caso Gutheim -que está a cargo del juez Norberto Oyarbide-,  va a desnudar que el hombre mimado por el poder económico fue instigador no sólo del secuestro  de los Gutheim, sino de decenas de empresarios y funcionarios.

En todos esos casos los negocios particulares de los grupos económicos que sustentaban la dictadura se hicieron a punta de fusil, capucha y picana.

El mentor del plan económico que dio sustento al genocidio, tiene en claro que pronto puede quedar preso en su departamento del exclusivo edificio Cavanagh, frente a la plaza San Martín, que  -por una paradoja del destino-, lleva la letra "G", la inicial de dos de sus víctimas: los empresarios Federico y Miguel Gutheim.

Durante 1984 y 1985, una comisión parlamentaria presidida por el diputado radical Tello Rosas investigó la guerra sucia económica y comenzó a desenredar la madeja tirando del hilo del caso Italo: la compañía suiza de electricidad que fue presidida por Martínez de Hoz. Valorada inicialmente en 80 millones de dólares, fue adquirida en 1978 por el Estado en 400 millones. Martínez de Hoz intervino personalmente en las negociaciones de compra.

La comisión de Diputados constató que era habitual el uso de seudónimos para referirse a funcionarios en una práctica que recuerda a la de los Grupos de Tareas:  "El señor Ferrarri" era el seudónimo que usaba Martínez de Hoz. "García", a quien había que elevarle un proyecto de decreto era Jorge Rafael Videla.

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